Deseamos que llegue el día en que cambie la estructura del sistema de atención dental.
Sería «tan ideal» prevenir en vez de curar.
Somos muy insistentes con las visitas de revisión. Son gratuitas.
Nos entregamos a fondo en ellas. Aquí, y lo sé por experiencia, es donde un buen profesional debe demostrar su competencia tanto en el desarrollo y evolución del aparato masticador.
Un clínico avezado tiene la obligación de prever posibles alteraciones tanto en el proceso normal del crecimiento de un niño, como aquellas que se manifestaran en la edad adulta producto de hábitos o traumas oclusales y que sin duda afectaran incluso el perfil del paciente adulto.
Las tartrectomías o «limpiezas» están recomendadas una vez al año pero una recomendación no es una obligación.
Realizar una limpieza dental en una persona que no la necesita es agredir el esmalte dental con ultrasonidos sin ser necesario.
Insistimos mucho y dedicamos el tiempo necesario, en enseñar a nuestros pacientes a observar su encía y perderle miedo a ese sangrado que a veces acompaña al cepillado dental y que nos invita a no cepillar porque sangra.
Una encía sana es la clave para tener una bella sonrisa.
Por otro lado los tratamientos con flúor y las fluororizaciones en los niños aporta este ION FLUOR, que si bien está en buena concentración en nuestras aguas, a veces es necesario en ciertos niños con deficiencias en la dentición.